La multa está de moda. Si
montas en bici sin casco, si aparcas en doble fila, incluso si decides
manifestarte, todo es castigable con una sanción económica. 200 euros, 500
euros, 1000 euros. Como si nada.
Pero si una persona es
multada con 200 euros por exceso de velocidad, pero sus ingresos mensuales son
los generosos 400 euros del salario social, entonces está multita, como la
llamaría Aguirre, le supone el 50% de sus ingresos mensuales. Para un
profesional que cobra 2000, esto se reduce al 10%, y si cobras como Emilio
Botín, pues… calderilla.
Resulta que la
tradicional y eterna injusticia social está garantizada y consagrada en este
castigo administrativo. El que menos tiene, más paga. Una vez más los acaudalados
se van de rositas.
¿Y nadie dice nada? No,
hijo, no. Resignación o emigración. Y él que calla….
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